Cuando se inicia el proyecto hacia la maternidad y paternidad no solo nace un hijo, de igual modo, nacerá una madre y un padre. Esta maravillosa aventura conlleva muchos cambios físicos para la mujer y también psicológicos y sociales, tanto para la madre como para el padre.
Los momentos felices son múltiples, pero también pueden existir episodios de confusión, dudas, miedos y conflictos en la mujer, en el hombre y entre ellos mismos, que pueden interferir en la comunicación, sexualidad y el bienestar individual y de la pareja. Un embarazo saludable, tanto físico como emocional, y una relación de pareja satisfactoria facilita que los primeros cimientos en los que se va a dar soporte al bebé sean sólidos y saludables.
La maternidad supone un antes y un después en la vida de la mujer. Es un período de transformación donde se experimentan múltiples cambios emocionales y corporales. Las fluctuaciones hormonales, los cambios en el cuerpo y las expectativas pueden desencadenar una amplia gama de emociones. Si bien la alegría y la anticipación son comunes, también lo son la ansiedad, el miedo y la preocupación. Es fundamental comprender que estas emociones son normales y parte del proceso, pero cuando se vuelven abrumadoras, es momento de buscar apoyo.
Algunas de las dificultades emocionales que pueden surgir durante el embarazo, y es crucial identificarlas y abordarlas a tiempo son:
El apoyo psicológico durante el embarazo puede ofrecer una serie de beneficios significativos:
Bienestar emocional: Trabajar con un profesional de la salud mental proporciona un espacio seguro y confidencial para expresar sentimientos y preocupaciones.
Desarrollo de estrategias de afrontamiento: Se pueden aprender técnicas para manejar el estrés, la ansiedad y otras emociones negativas de manera efectiva.
Fortalecimiento del vínculo madre-bebé: El apoyo psicológico puede ayudar a las futuras madres a establecer un vínculo emocional sólido con su bebé, incluso cuando enfrentan dificultades.
Preparación para la maternidad: Las sesiones de terapia pueden proporcionar orientación sobre lo que se puede esperar durante la maternidad, lo que puede reducir la ansiedad y el miedo. La maternidad en ocasiones puede idealizarse demasiado y, aunque es un camino extraordinario, no está exento de momentos de mucha frustración, cansancio, sacrificio y dificultades.
Reforzar la relación de pareja: Preparar y asesorar a la pareja para los nuevos desafíos de la maternidad y paternidad puede ser muy útil para que ambos desarrollen estrategias de afrontamiento antes de que se enfrenten a los nuevos retos que están por venir.
Con frecuencia, la maternidad remueve las raíces de nuestra personalidad, nuestros temores, miedos, inseguridades, angustias y, por supuesto, también nuestras alegrías. Son frecuentes las dificultades con la pareja, conflictos con nuestros padres o problemas con la conciliación de la vida laboral y familiar. Si enfrentas dificultades emocionales durante el embarazo o el postparto, es fundamental buscar ayuda.
El embarazo y el postparto son una etapa única y significativa en la vida de una mujer, y el apoyo psicológico puede desempeñar un papel fundamental en su salud mental y bienestar emocional. No importa cuáles sean las dificultades emocionales que enfrentes, recuerda que buscar ayuda es una muestra de fortaleza y autocuidado. El apoyo psicológico durante el embarazo no solo te ayudará a ti, sino también a tu bebé, asegurando una experiencia más saludable y satisfactoria para ambos.
El apego es un proceso complejo y profundo que comienza desde el nacimiento y continúa a lo largo de la vida. Se origina en la necesidad fundamental de los seres humanos de estar cerca de figuras de cuidado para preservar la supervivencia a través de obtener protección, apoyo emocional y satisfacer nuestras necesidades básicas. A través de las interacciones repetidas con los cuidadores primarios (generalmente los padres), los niños desarrollan patrones de apego que influyen en su forma de relacionarse en el futuro.
Las relaciones afectivas que establecen los niños con sus principales figuras de cuidado en los primeros años de vida sentarán la base de sus primeras experiencias relacionales de seguridad o inseguridad en el mundo, de ser valorados, reconocidos, escuchados, es decir, sentarán la base de la autoestima de la persona.
Entender los mecanismos de cómo se va configurando nuestra relación con nuestros hijos, lo que ofrecemos y lo que no, lo que podemos dar y lo que no, de nuestras dificultades y limitaciones, y darnos cuenta de los aspectos relacionales que impactan en nuestra relación con ellos, nos hará padres y madres más conscientes y, posiblemente así, podremos ofrecerles una mejor versión de nosotros mismos.
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