Preguntas frecuentes sobre acudir a terapia

Una definición que creo responde a esta pregunta es la dada por Joseph Zinker: “Con la psicoterapia se espera que la persona avance hacia una mayor conciencia de sí misma, de su cuerpo, sus sentimientos, su ambiente; aprenda a asumir la propiedad de sus experiencias, en vez de proyectarlas sobre los demás; aprenda a tener conciencia de sus necesidades y a desarrollar las destrezas que le permitan satisfacerlas sin atentar contra las de otros; avance hacia un contacto más pleno con sus sensaciones, aprendiendo a oler, a saborear, a tocar, a oír y a ver, de modo que pueda apreciar todos los aspectos de sí misma; avance hacia la experiencia de su poder y de la capacidad de sostenerse por sí misma, en vez de apelar al gimoteo, los reproches y el engendramiento de culpa en los demás con el fin de reclutar apoyo en el ambiente; se torne sensible a lo que la rodea y al mismo tiempo, sin embargo, se invista de una coraza contra las situaciones potencialmente destructivas o ponzoñosas; aprenda a asumir la responsabilidad de sus acciones y sus consecuencias; se sienta cómoda en contacto consciente con la vida de su fantasía y su expresión de ella.”

Depende de cada persona y de la demanda concreta. El trabajo con un psicólogo puede ser algo puntual y breve orientado a resolver un problema o conflicto delimitado, al apoyo en la toma de decisiones complejas, asesoramiento o sesión informativa sobre algún aspecto psicológico concreto, etc. Sin embargo, si la demanda se orienta a un trabajo personal más profundo se puede alargar en el tiempo hasta que la persona se sienta satisfecha en su aprendizaje, o haya recuperado su equilibrio personal. No habría un tiempo estipulado. Lo que se ha ido construyendo a lo largo de toda tu existencia, ya tengas 20, 30 40 años o más, no se cambia en varias sesiones. Los cambios profundos requieren tiempo y repetición de los nuevos patrones o estrategias adquiridas.

Lo ideal, y sobre todo los primeros encuentros, conviene que sean semanales, si bien, dependiendo de las circunstancias de cada uno puede ser una frecuencia quincenal o mensual.