En las últimas décadas, los avances en Medicina Reproductiva han logrado que el tratamiento de la infertilidad haya proporcionado esperanza y éxito a miles de parejas. Los tratamientos de Reproducción Asistida están orientados a ayudar a estas parejas a conseguir el sueño de ser padres, sin embargo, el proceso hasta llegar a ello suele verse teñido, con frecuencia, por emociones negativas o trastornos emocionales, principalmente de tipo ansioso o depresivo.
El logro de un embarazo se convierte, en muchos casos, en una carrera de obstáculos para la pareja. El impacto psicológico del diagnóstico de la infertilidad, el acudir a la clínica con frecuencia, las pruebas diagnósticas, la anticipación de resultados negativos, las intervenciones médicas, las esperas, los sucesivos tratamientos fallidos, la medicación y la incertidumbre de saber si todo ello hará posible el formar una familia, entre otros, favorecen la aparición de alteraciones emocionales a lo largo del camino. Asimismo, pueden verse deterioradas las relaciones con el entorno, los familiares y amigos, la relación de pareja e, incluso, la sexualidad a lo largo de los tratamientos.
La pareja, al inicio de su andadura, se ve inmersa en un estado de shock debido a su reciente diagnóstico de infertilidad. No pueden creer que su sueño no se vaya a cumplir. Posteriormente, aparece la culpa, la frustración, la rabia, la irritabilidad, el enfado y la sensación de pérdida de control sobre su reproducción y sus vidas.
Por esta razón, el apoyo psicológico especializado se convierte en una ayuda de gran utilidad para las parejas. Algunas de las funciones del psicólogo serán acompañar a la pareja en el proceso de duelo por la pérdida de la capacidad natural de tener hijos, proporcionar las herramientas, habilidades y estrategias necesarias para disminuir las alteraciones emocionales que pudiesen aparecer a lo largo de los tratamientos. Prevenir trastornos emocionales más severos, disminuir las dificultades de pareja y el impacto negativo de la infertilidad en su sexualidad.
En general, se trabajará para incrementar la calidad de vida de los pacientes a lo largo de los tratamientos.
Uno de los momentos más estresantes para las parejas que se someten a los tratamientos de reproducción asistida es el período de espera (La BETA-ESPERA). Esta etapa abarca los catorce días posteriores a la inseminación artificial o transferencia de embriones, hasta la obtención del resultado de la prueba de embarazo.
Un ciclo de reproducción asistida se puede llegar a experimentar como una carrera de obstáculos donde es necesario superar las distintas etapas del tratamiento. Primero han de darse las condiciones físicas adecuadas de la mujer y su pareja para comenzar un ciclo, posteriormente la estimulación ovárica por medio del tratamiento hormonal, los pinchazos, que se desarrollen favorablemente los folículos, la punción, que los embriones sean de determinada calidad para poder ser transferidos, le sigue la transferencia de embriones o inseminación artificial, es decir, que cada paso se desarrolle de manera apropiada para dar lugar al siguiente y, finalmente, la espera de resultados. El interrogante… ¿Habrá embarazo?
El adquirir estrategias para disminuir el malestar a lo largo de la fase de la espera es una de las demandas más frecuentes hechas, principalmente por las mujeres, en las unidades de apoyo psicológico de las clínicas de reproducción. Son múltiples los mitos y fantasías que las mujeres adoptan y desarrollan a lo largo de este período y que podrían incrementan significativamente el malestar de la mujer a lo largo de esta etapa.
Otra decisión difícil para la pareja es cuando se les ofrece la posibilidad de un tratamiento con donación de gametos. Esta opción, con frecuencia, suele provocar un gran impacto psicológico en la pareja, principalmente en aquellas que han llevado a cabo sucesivos tratamientos fallidos con gametos propios, al convertirse en la última alternativa para lograr un embarazo. Surgen multitud de dudas, fantasías, temores y creencias irracionales.
El psicólogo en estos casos informará a las parejas sobre los aspectos psicológicos relacionados con esta técnica, los vínculos afectivos, el peso de la genética frente al ambiente, la selección de los donantes, aspectos relacionados con revelar su identidad genética en un futuro al niño.
Es conveniente proporcionar a la pareja información basada en la experiencia clínica y la evidencia científica recogida hasta el momento, para facilitarles la toma de decisiones con respecto a esta técnica.
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